Usar cosméticos naturales responsables es una forma de cuidar y equilibrar la piel, el bienestar y el medioambiente. Aunque no nos demos cuenta, el ecosistema natural padece cada día nuestras más pequeñas acciones y decisiones. Lavarnos las manos, cepillarnos los dientes, aplicarnos crema solar o, incluso, pasear por la orilla del mar, puede afectar negativamente a nuestra salud, a la de los océanos y, sobre todo, a la del planeta si no somos conscientes.
Gran cantidad de productos de consumo diario incluyen ingredientes tóxicos para nuestro organismo y el medioambiente. Centrándonos solamente en la industria de la cosmética convencional (no natural y no responsable), entre estos componentes nocivos se encuentran los parabenos o los microplásticos. Su incorporación economiza la producción del cosmético, pero afecta (¡y mucho!) al ecosistema natural y a nuestra salud. Los parabenos empleados en cosmética, son conservantes sintéticos a los que se le atribuyen numerosos efectos nocivos para el organismo: actuación como disruptores endocrinos, capacidad estrogénica y para aumentar la sensibilidad dérmica. Los microplásticos son partículas petroquímicas que sustituyen ingredientes naturales. Tanto su producción (altamente contaminante) como su consumo, implican consecuencias ecológicas y de salud.
Gestos tan habituales como lavarnos las manos, pasear por la orilla de la playa tras protegernos la piel con un protector solar convencional o ingerir pescado, podrían afectarnos de forma directa e indirecta si no somos conscientes.
Algo tan cotidiano como el lavado de manos o una ducha con un jabón convencional (con parabenos y microplásticos), puede contribuir en la acumulación de partículas tóxicas en nuestro organismo y en las aguas marinas. El diminuto tamaño de estas partículas escapa de los tratamientos de las aguas residuales y pasa al mar. Un grave problema teniendo presente la cantidad de cosméticos que se usan a diario en todo el mundo (en España se utilizan entre 7 y 9 cosméticos al día por persona según STANPA), la lenta descomposición del plástico y la cantidad de gases de efecto invernadero que emiten ante la radiación solar. Juntamente con otros factores, ya ha supuesto una notable transformación del ecosistema natural. De hecho, los microplásticos han pasado a formar parte de la cadena alimentaria. El plancton, pequeños y grandes peces, animales marinos y terrestres (incluyéndonos nosotros mismos) consumimos alimentos con una alta cantidad de partículas petroquímicas que han quedado acumuladas al mar. Una cadena que, sin duda, debemos parar para cuidar del entorno y, por supuesto, de nuestro bienestar.
En GGcare nos preocupa pensar en la cantidad de partículas contaminantes que consumimos y desechamos las personas de todo el mundo a diario. Por eso, trabajamos día a día para ofrecer unos cosméticos naturales, con ingredientes biodegradables, responsables y de gran calidad, y contribuir, cada vez más, en el bienestar de todas las personas, animales, seres vivos, océanos y de la Tierra. Todos nuestros productos son cruelty free, no incluyen parabenos, ni derivados del petróleo. Porque, al final, contribuir al bienestar de nuestro planeta, significa ¡cuidar de nuestro bienestar!
Pequeñas acciones como cuidarnos con cosméticos naturales respetuosos, el consumo consciente o dar importancia al origen de las materias primas de los productos, significan grandes pasos para nuestra salud y la de nuestro planeta. |