¿Llenarías el depósito de tu coche con agua, coca-cola o leche? ¿Somos igual de conscientes con nuestro cuerpo?
La respuesta es más que obvia. En cambio, a nuestro cuerpo le damos productos, naturales, procesados o químicos, aunque sean nocivos o dificulten el funcionamiento correcto de nuestros órganos.
Hoy queremos hablarte del concepto “Mindful eating”. Significa comer, siendo consciente.
Consiste en tomar las riendas de tu alimentación, de tu dieta. Es una forma de practicar “mindfulness” aplicado al comer.
No es una terapia. Es una tendencia. Te enseña a ser consciente de tus sensaciones (saciedad, hambre, gusto, olfato) y de tus emociones. Aprendes a conocer tu cuerpo y a decidir cuándo empezar y acabar de comer y de qué forma hacerlo.
Te ayuda a mantener el peso, a regular la digestión y a nutrirte de forma responsable.
Es un cambio de hábitos en tus comidas.
No es una dieta, es una forma de hacerte responsable de tu cuerpo.
Se trata de elegir como alimentarte para nutrir y cuidar tu organismo.
Ser consciente de lo que comes, valorar y apreciar a todos los alimentos y también convertirlo en un placer el degustarlos. Aprender a disfrutar de cada bocado siendo consciente de su función.
A menudo olvidamos que comer no es solo una costumbre, es el combustible de nuestro motor y también es un placer.
TIPS básicos para practicar la comida consciente
• Toma un vaso de agua antes de comer y cenar. Te saciará y evitará la ansiedad.
• Dedica mínimo 20 min a tu comida, sin interrupciones, sin distracciones, TV, móvil, llamadas, etc. Estar conectado a una pantalla o discutir mientras comes, aumenta el estrés en tu cuerpo y no se asimilan los nutrientes, produciendo molestias (hinchazón, gases, estreñimiento, ansiedad), además de aumentar el peso.
• Siempre (que puedas) come sentad@ y en lugar tranquilo. Estar de pie, en un entorno ruidoso y activo provoca comer muy rápido y estresa tu metabolismo.
• Solo come si tienes hambre. No comas por costumbre, hábito, horario o porque los demás siguen comiendo. Pregúntate si tienes hambre.
• Saborea y aprecia cada bocado, sin prisas. El masticar despacio ayuda a que tu digestión sea más ligera y te sacia más, evitando acumular peso.
• Come de todo, productos variados, frescos, colores y texturas en tu plato. Se consciente que estás nutriendo y alimentando a tu cuerpo de forma responsable. Disfruta de mimarte.
• Solo dedícate a disfrutar de los alimentos, siente todo el proceso.
• Fíjate en tus sensaciones. No sigas comiendo si ya no tienes hambre. Entiende la diferencia entre estar lleno y no tener hambre. No esperes a estar lleno.
• Buen truco el ser el último en acabar.