¿Cuánto nos gastamos en tener un aspecto joven?
Nos llama la atención todos aquellos claims donde aparece la palabra mágica “antiaging”.
Y es que ir en contra de los efectos del paso del tiempo ya se ha vuelto en un clásico, bueno, depende de la edad, ¡claro!
Una, a los 30, está convencida que tiene mucho por delante y ¡mejor que así sea!
Pero cuando vas llegando a los 40, 50, 60…. nos gusta pensar lo mismo aunque sabemos que realmente no es así. Ya no tenemos tanto tiempo por delante.
Nuestro recorrido por la vida es evidente, por el montón de cosas que hemos hecho y sobre todo nosotras, las mujeres, que siempre hacemos más de lo que deberíamos.
El tiempo avanza, nuestra edad también, pero y ¿Nuestro aspecto?
Ah! No!! Eso sí que no!!! Nuestro aspecto no puede aparentar la realidad! ¡Debemos tener un aspecto siempre joven!
Y yo me pregunto, ¿por qué caemos presas en el lenguaje de la vanidad?
Estos mensajes que nos disparan a lo más profundo de nuestras miserias, para que reaccionemos de forma automática. Nos han querido adiestrar con estos lenguajes tan superficiales y banales para conseguir nuestras compras impulsivas.
Para abastecernos de suplementos alimenticios, cosméticos, anticelulíticos, productos dietéticos, etc.
¡Por favor! Propongo que plantemos cara para que nos hablen de forma inteligente.
Nosotras vamos a comprar igual “nuestros potingues”, pero queremos que nos hablen de beneficios que se alejen de la vanidad.
Que nos hablen de salud, bienestar, protección, positivismo y empoderamiento, esto es lo que nos motiva!
Hace tiempo que he descubierto que la juventud es una actitud.
Que vivir en “modo juventud” es lo que te da positivismo y energía. Que vivir con optimismo es el mejor suplemento para disfrutar de una vida saludable, porque desde el momento en que vibras en positivo, todo te sienta mejor.
Incluso todos “nuestros potingues” resultan más efectivos.
Plantéate “sentirte joven” en lugar de “aparentar juventud”, si lo haces, el resto viene solo.