Fijarse en los efectos que causa la contaminación, la climatología, los cosméticos que utilizamos, la alimentación o el ejercicio físico es esencial para la salud dérmica. Sin embargo, es común pasar por alto el papel de las emociones, la parte más profunda de nuestro organismo. Te contamos por qué las emociones influyen tanto en el estado de la piel y cómo aprovecharlas para mejorar la salud dérmica.
¿Por qué las emociones influyen en el estado de la piel?
Como decimos en GGcare, la piel es el espejo de nuestro interior. Está conectada con el sistema nervioso, el sistema circulatorio y la mente. Por eso, es capaz de reflejar a través de su aspecto cualquier alteración del organismo. De este modo, y como estudia la psicodermatología, los sentimientos, el ánimo o ciertos trastornos psicológicos pueden influir (¡y mucho!) en la salud cutánea.
El nerviosismo, el estrés, el miedo o la ansiedad, por ejemplo, mantienen el organismo en un estado de aceleración, “alerta” y “peligro” que puede descompensar el funcionamiento corporal y el equilibrio dérmico. Aumentan los niveles de tensión, adrenalina y cortisol (hormona del estrés) y algunas funciones básicas (entre ellas la regeneración dérmica o el descanso profundo) dejan de realizarse para priorizar una respuesta ante el “peligro” (como la tensión muscular). Este tipo de sentimientos negativos (entre otros como la tristeza) o acciones relacionadas (como el llanto) también afectan al bienestar cutáneo. Debilitan, deshidratan y aumentan la probabilidad de padecer afecciones como dermatitis atópica, psoriasis, acné, ojeras y envejecimiento prematuro.
Los sentimientos y estados de ánimo también pueden ser muy beneficiosos para la salud y el bienestar. Las acciones que generan emociones positivas permiten segregar hormonas de la felicidad como la oxitocina o la dopamina. Estas actúan sobre el sistema nervioso difundiendo la energía positiva por todo el cuerpo y reduciendo el cortisol. Lo que significa que alivian, previenen y evitan emociones negativas y síntomas relacionados, por ejemplo, con el estrés.
La alegría libera hormonas de la felicidad, aumenta el colágeno y evita ojeras, deshidratación y envejecimiento cutáneo prematuro.Los altos niveles de cortisol (estrés), generan un aspecto cansado y apagado y disminuyen el colágeno.La tensión muscular, causa rigidez, líneas de expresión, arrugas, ojeras y patas de gallo.Las sales de las lágrimas deshidratan. |
¿Cómo aprovechar las emociones para mejorar la piel?
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Piensa en positivo: ¡Disfrutarás más de la vida, te sentirás más feliz y tu dermis lucirá saludable! Recomendamos: Consejos para ser más positivo y mejorar el bienestar.
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Acepta y busca la parte positiva: aceptar los sentimientos negativos y analizar el suceso que los ha generado ayuda a superarlos y a evitar largos períodos de negatividad.
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Realiza aquello que te haga sentir bien: ayudar, abrazar (recomendamos Seis razones para abrazar todos los días), escuchar música (La música, un fantástico estimulante dérmico), etc.
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Mantén buenos hábitos físicos, mentales, alimentarios y de sueño: aliméntate adecuadamente, practica ejercicio físico y actividades mentales (Los beneficios que aporta la meditación y cómo realizar Meditación trataka con vela). No olvides La importancia del descanso para tener la piel saludable.
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Cuida la piel proporcionándole aquello que necesita.
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Utiliza neurocosmética natural, productos naturales respetuosos que potencian el bienestar dérmico y emocional.
Los estados emocionales pueden influir en bienestar de la piel e, incluso, derivar en patologías cutáneas. La cuestión es trabajarse al completo (por dentro y por fuera), aceptar las emociones y, sobre todo, ¡priorizar las más positivas!