Cuando pensamos en ducharnos con agua fría nos alarmamos. Te contamos sus beneficios y como acostumbrarse progresivamente llegando a habituarnos y relajarnos.
Beneficios que tiene esta práctica
Optimismo y bienestar: Hacer esta actividad, activa tu cuerpo, sobre todo por la mañana. Hace que estés más despierto, más activo, con mejor humor y con ganas de afrontar el día de una manera más positiva.
Mayor fuerza de voluntad: Al forzar tu mente a hacer este hábito te das cuenta de que puedes conseguir más cosas de las que crees. Por ello, nos sentimos más fuertes. Incluir duchas de agua fría en la rutina diaria hace que la fuerza de voluntad para hacer cualquier cosa, aumente.
Más energía: La ducha de agua fría actúa como una terapia de choque, nos activa al momento y proporciona energía para todo lo que te propongas.
Calma dolores musculares: Esta práctica, hace que los vasos sanguíneos se dilaten, por lo tanto, mejora la circulación sanguínea. Los músculos se relajan, causan menos tensión y calman los dolores musculares.
Piel más suave: Cuando nos duchamos con agua caliente los poros de la piel se abren. Al salir de la ducha, se vuelven a contraer provocando que la piel se reseque. Por lo contrario, al ducharse con agua fría, evitamos que suceda este efecto y protegemos más la piel. Desde GGcare recomendamos el Pack de cuidado para piel sensible para potenciar la hidratación, limpieza y regeneración de la piel.
¿Cómo acostumbrarse?
Es importante incorporar a la rutina diaria de manera paulatina las duchas de agua fría. Empieza duchándote con la temperatura que normalmente usas y ve regulando la temperatura de más caliente a más fría. Evita aguantar el frío, con notar el cambio de temperatura, es suficiente para ir acostumbrando el cuerpo poco a poco. Con los días, ve disminuyendo la temperatura de caliente a fría. El objetivo de esta práctica es alcanzar la constancia de ducharse con agua fría y que, el final de esta, sea lo más fría posible pero sin que el cambio de temperatura llegue a molestarte mucho.
Es importante trabajar este ejercicio desde el interior del cuerpo hacia fuera, es decir, debemos ir trabajando nuestra mente para acostumbrarse cada día un poquito más ello.